

Bernie Rhodenbarr
Nuestro personaje es también un antihéroe...
Bernard Grimes "Bernie" Rhodenbarr es ladrón de oficio, un ladrón profesional, apasionado con su talento al que considera excepcional... Su ego es tan alto que de haber sido poseedor de una de las ciencias o artes evaluables en Estocolmo no se habría detenido hasta conseguir un Nobel. Limpio en su trabajo, no deja huellas, jamás utiliza armas, sólo roba objetos de alto valor y escoge con mucho detenimiento a sus víctimas. Realiza inteligencia sobre sus robos, se anticipa investigando con detalle y finalmente se decide a operar, sin alcohol de por medio aunque aprecia el whisky escocés y el buen coñac. Es tipo con sentimientos y hasta de honor... claro que pensarías distinto si te hubiese madrugado pasado por tu casa antes de tu llegada.
Bernie ronda los 35 años, es de estado atlético y se entrena corriendo unos 5 km al día (o cuando tiene ganas), estatura mediana, viste traje y corbata cuando no se halla trabajando y sino ropa cómoda, zapatillas puma y sus inseparables guantes de látex y vive en un cómodo espacio ubicado en la calle 71 con West End, Nueva York, ciudad elegida para vivir y realizar sus fechorías. Conoce la cárcel, ha estado varias veces en ella y ahora con más experiencia y oficio se esfuerza por no ser más uno de sus forzados inquilinos. Extrañamente es un tipo culto, ama la lectura, clásicos o simples policiales y es de pensamiento refinado... obviamente no podía ser un ladrón cualquiera. Bernie no tiene novia estable, pero es atractivo para el sexo femenino y en cada una de sus novelas tiene un enredo amoroso... las mujeres no se les resisten, así como no se les resisten las más sofisticadas cerraduras que hábilmente destraba con sus ganzúas y su ingenio. Y hablamos de cerraduras Segal, Rabson o Medeco.
Pero hay más... Bernie decide luego de un fructífero golpe encarar la labor de librero y compra una antigua librería, Barnegat B