

Detective Jackson Brodie
Si recurres a Jackson Brodie para resolver un problema, es probable que los mayores problemas recién empiecen.
¡Qué difícil de encasillar este personaje! ¡y qué ensalada de ingredientes nos ofrecen sus novelas! Pero a no desesperar... esta fórmula destinada al fracaso en la mayoría de los escritores resulta un notable éxito de la mano de Kate Atkinson destilando talento mientras escribía a Jackson Brodie.
Como el mismo Jackson Brodie se define, ahora con 42 años no es nada ni nadie sino "sólo fue" .... un militar enrolado a los 16 años y que se licenció con grado de suboficial de primera y luego abandonó... también ingresó a la policía permaneciendo 12 años, pero también se fue. Al final ahora con sus cuarenta y pico años es investigador privado desde hace dos años y la verdad es que no deja de extrañar su pasado militar y policial. Estas instituciones fuertes como la militar o policial generan profundo sentido de pertenencia algo que ahora él se ha dado cuenta que lo ha perdido. Jackson siente ahora que no pertenece a nada ni a nadie, sobre todo después del divorcio de su esposa Josie y el doloroso alejamiento de su hija Marlee de 8 años.
Así lo expresa él mismo... «Ahora soy simplemente el señor Brodie —puntualizó Jackson.
Era gracioso, porque nunca había sido en realidad el señor Brodie; se alistó en el Ejército a los dieciséis y hasta entonces había sido solo Jackson, y a veces Brodie para los profesores varones. Luego fue «soldado Brodie» y a partir de ahí fue ascendiendo de rango hasta que dejó el Ejército y empezó de nuevo como «agente Brodie». No sabía muy bien cómo se sentía siendo «simplemente el señor Brodie».»
El tiempo transcurre en sus historias, su hija crece, él se hace más viejo.
Ahora tiene una oficina y licencia como investigador privado y también una secretaria llamada Deborah Arnold. Mantiene su estado físico corriendo 5 km al día y fumando poco aun que lo había dejado por lo últimos 15 años, pero su vida es un desastre. También estudia y lee francés para seguir un tardío consejo materno, aunque nunca sería católico por esos mismos consejos. El mal y el bien, Dios y el demonio considera que habitan en él.
Así lo define otro personaje de sus aventuras «Melancólico, colérico, flemático; Louise Monroe lo había llamado todo eso el día anterior, «se le ve muy flemático, señor Brodie». ¿Cuál era el cuarto adjetivo? Optimista. Pero melancólico, ese era su verdadero estado de ánimo. Un pobre desgraciado, en otras palabras.»
Al fin parece que el Sr. Brodie padece TAB [trastorno afectivo bipolar].
Claro que Jack Brodie vive estas circunstancias en su adultez con tanta intensidad y desasosiego por sus recuerdos infantiles de su Escocia natal hijo de un minero de Fife y de madre irlandesa con hermanos a los que siempre lleva en su interior. Las desdichas a veces endurecen a las personas o las insensibilizan, y en cambio todo lo contrario ha ocurrido con Brodie. Es cierto que la va de duro y tiene físico suficiente para serlo y ocasionalmente lo utiliza, pero en realidad es un flan... sus casos, si así pueden llamarse están constantemente atravesados por las desventuras que los otros personajes de las novelas le cargan a sus doloridas espaldas. Es patético y a la vez entrañable y tan disparatado mezclando su trabajo con lo que le ocurre a todos los demás que componen su salsa de la vida que casi diría como en la vida real de cualquiera.
Vive obsesionado con la seguridad de su hija quizás por el imborrable recuerdo de su amada hermana mayor Niamh asesinada cuando apenas contaba con dieciséis y él catorce años. Tiene recurrentes pesadillas alimentadas por recuerdos, temores propios y ajenos. Quiere estar todo el tiempo con Marlee que vive con su ex y su actual pareja, pero luego debe hacer malabarismos para atender su trabajo y a su hija a la vez y no siempre termina bien esta historia.
Desde ya que las emociones, sensaciones, sentimientos de todos pocas veces se han visto tan rica y detalladamente expuestos.
Desde su divorcio se ha amigado con la televisión a la que ve asiduamente y también a la música, preferentemente la que trasmite dolor o tristeza cantada por alguien que según Brodie conoce el dolor, como Emmylou Harris, cantando «A From Boulder to Birmingham» (Link en la botonera)
Por su porte y desenvoltura resulta atractivo para el sexo opuesto y recibe permanentemente guiños a los que desconoce, aunque por una mujer termina viviendo en Cambridge, Inglaterra. Carece de verdaderos amigos salvo Howell. Era de color y su amistad con Howell se remontaba a sus tiempos en el Ejército, cuando ambos habían empezado juntos como soldados rasos. «Hombres negros», bromeaba Howell haciendo una perturbadora imitación del acento de una anciana dama blanca, perturbadora porque Howell medía dos metros y era el negro más negro que Jackson había conocido. Después de licenciarse volvió a su Birmingham natal y trabajaba en ese momento de portero en un gran hotel, empleo que le exigía llevar un disfraz ridículo: una levita azul marino cubierta de galones dorados y más ridículo aún, un sombrero de copa. Howell tenía una presencia tan imponente que ese traje de lacayo, en lugar de restarle dignidad, lo hacía parecer extrañamente distinguido.
Jackson es buen tipo. Honesto, un tanto inocente y crédulo y 100 % servicial.
la ironía es que Jackson Brodie no necesita promocionarse o salir a buscar un caso... los casos le buscan a él y seguro que le encuentran y para el placer de los lectores Jackson se mete de lleno aun sabiendo el lodazal que le espera.
Es extraordinario seguir a este personaje. Debo admitir que al principio y desconociéndolo me costó meterme en la trama porque sus historias son presentadas como puzles con piezas desperdigadas por todo el libro con personajes que aparecen por todos lados para desaparecer por un buen tramo hasta que al final comienzan a aparecer los eslabones y piezas que une y arma el conjunto. Hazte la idea de una casa construida por sectores totalmente aislados entre sí, totalmente inconexos que al final se fusionan en una sola y hermosa casa. Esas conexiones obviamente las construye Jackson Brodie con su superlativa capacidad para estar presente en más de un problema y tragedia a la vez, aunque se hallen distantes entre sí. Lleva un poco más de atención y exige también un poco más a la memoria, pero seguramente vale la pena. ... salvo, a mi gusto y criterio «Me desperté temprano y saqué al perro» donde este recurso y juego narrativo propuesto por la autora es llevado al exceso y como todo exceso aun cuando cuantificado es bueno, cansa y aburre, aunque también destaco que la trama de este libro es muy buena. También lamento que para encajar tantos personajes no tan atractivos se relega a Jackson Brodie quien está entre mis preferidos como personaje, como humano, como loco lindo más que como investigador policial o privado.
SERIE
Expedientes (Case Histories, 2004)
Incidentes (One Good Turn, 2006)
Esperando noticias (When Will There Be Good News, 2008)
Me desperté temprano y saqué al perro (Started Early, Took My Dog, 2010)
Cielo interminable (Big Sky, 2019)
SINOPSIS
EXPEDIENTES
Bajo una ola de calor, entre turistas despistados y estudiantes extranjeros, el detective Jackson Brodie se ocupa de sus casos en un Cambridge al margen de la imponente sombra de los colleges. Su trabajo suele centrarse en rutinarias historias de infidelidad, pero de pronto recibe dos encargos similares: averiguar qué ocurrió hace años con una niña desaparecida y una joven asesinada. Durante el proceso Jackson —un escocés exmilitar, ex policía, cuarentón y divorciado— no solo desvelará una intrincada red de secretos; también deberá enfrentarse a otro caso, este más doloroso y más antiguo, que lo ha acompañado siempre.
Con la trama trepidante de un thriller y el calado de una novela psicológica Expedientes plantea un acercamiento caleidoscópico y plural al clásico relato detectivesco, que gana así en hondura sin perder ritmo ni interés. Un inolvidable elenco de personajes y su brillante capacidad para dosificar tragedia y humor completan el perfil de un libro que no defraudará al amante de la narrativa ni al partidario del género negro.
INCIDENTES
En pleno festival de Edimburgo, algo perturba durante un instante la pacífica calma de una cola que espera entrar en un espectáculo. El topetazo de dos coches, en apariencia accidental, desemboca en una brutal agresión que toma un giro inesperado cuando uno de los ciudadanos de la cola interviene en defensa de la víctima. Será el desencadenante de una serie de acontecimientos enlazados entre sí, contenidos unos en otros como matrioshkas rusas, esas muñecas que siempre tienen otra más pequeña en su interior…, hasta llegar al núcleo de la intriga.
Una vez más, Kate Atkinson enfrenta a Jackson Brodie, exmilitar, ex policía y ex detective privado, a un caso en el que será algo más que observador. Y es que, en esta ocasión, Jackson se verá convertido nada menos que en sospechoso de asesinato.
Incisiva y trepidante, «Incidentes» pone al día el género negro con un magnífico estudio de caracteres y una trama que crece en intensidad e interés a medida que se acerca a la clave del desenlace.
--Cramond y una isla a la que se puede llegar caminando sobre el lecho del mar--
ESPERANDO NOTICIAS
Hay momentos imposibles de olvidar, y aunque hayan pasado treinta años desde entonces, Joanna aún recuerda el sendero en el campo y la tarde de verano en que un hombre de repente se acercó a su madre y a sus hermanos y acabó con la vida de toda la familia. Ella, una niña de seis años, consiguió huir y ahora es una mujer que intenta llevar una vida apacible con su marido y su hijo. Mientras Joanna trabaja, el bebé se queda al cuidado de Reggie, una adolescente que ya ha aprendido a bregar con el dolor.
Las cosas parecen transcurrir de la mejor de las maneras, hasta que un buen día el pasado vuelve para presentar factura: Joanna y el niño desaparecen sin dejar rastro y quien se ve involucrado en la investigación de este extraño caso es Jackson Brodie, un hombre adorablemente imperfecto que trabaja como detective y siempre acaba confundiendo profesión y vida privada.
Los caprichos del destino van a unir a Joanna, a Reggie, a Brodie y a la inspectora Monroe en un juego fascinante, que rompe los límites de la novela de género y nos muestra la fuerza de una escritura donde el talento está en los detalles.
ME DESPERTÉ TEMPRANO Y SAQUÉ AL PERRO
Hay días en que ciertas decisiones se imponen sin pedir permiso: Tracy Waterhouse, una mujer de mediana edad con unos kilos de más y muchas ilusiones de menos, paseaba distraída por un centro comercial de la ciudad de Leeds, intentando decidir qué galletas comprar para dar un poco de color a su cena solitaria, cuando vio a una niña corriendo, arrastrada de la mano de una prostituta conocida en el barrio. De repente, Tracy supo que compraría algo más que galletas: al poco rato, la niña estaba en su coche y desde entonces la vida ha sido para ella un ir y venir de emociones desconocidas. Tracy confiaba en que nadie sería testigo de ese extraño negocio, pero Jackson Brodie, recién llegado a Inglaterra para resolver un caso de falsa identidad, entra en escena.
CIELO INTERMINABLE
Jackson Brodie se ha mudado a un tranquilo pueblo costero en North Yorkshire, donde cuenta con la ocasional compañía de su hijo Nathan, adolescente recalcitrante, y su viejo labrador Dido, ambos a discreción de su expareja Julia. Un escenario pintoresco… pero en el que algo oscuro acecha entre bastidores.
El trabajo actual de Jackson, recopilar pruebas acerca de un marido infiel para su desconfiada esposa, parece sencillo, pero un encuentro fortuito con un hombre desesperado en un acantilado que se está desmoronando dará lugar a una red de lo más siniestra y lo conducirá hasta alguien de su pasado. Viejos secretos y nuevas mentiras se entrecruzan en esta impresionante novela policíaca, a la vez profundamente divertida y dolorosamente triste, escrita por una de las autoras más deslumbrantes y sorprendentes de la actualidad.