

Katzenbach & sus personajes
Salvo el segundo episodio de «El psicoanalista», las historias de Katzenbach son de un sólo libro, un sólo tomo.
La fuerza que se desprende de sus novelas es apabullante. La sinergia entre víctima y victimario mantiene la tensión muy elevada mientras los personajes centrales y periféricos se desangran literalmente, a veces sin siquiera saber el motivo.
Por las hojas de sus libros pasan psicópatas de la más alta calificación intelectual, esquizofrénicos, asesinos idealistas, vengadores así como delincuentes comunes que engañan a las autoridades.
La crudeza es su estilo. Difícilmente hay heridos ya que los atacados mueren. Katzenbach propone dispensar por igual el sufrimiento, el terror, la paranoia tanto para quien desencadena el infierno como aquel que se defiende y al defenderse puede arrollar al demonio.
Sus historias no se detienen en críticas al sistema por sus carencias sociales, corrupción política o la difícil vida diaria que todos sobrellevamos de distintas maneras. No se busca a un asesino para procesarle. No. Son tremendos thriller psicológicos de mentes enfermas pero no tontas que utilizan todo su poder psicológico para impartir daño letal a sus víctimas al punto que sus propias víctimas que no son psicópatas pueden llegar a responder con los mismos métodos en su intento por protegerse en una magistral lección de límites y más límites que se corren y acomodan según la presión a la que la víctima se halla sometida, dejando el concepto de «salud mental» en un término meramente retórico.
Sus historias no son un viaje a los oscuros rincones de la sociedad y la basura acumulada debajo de la alfombra, sino a los más recónditos rincones de la mente, del alma y miseria humana expuestos descarnadamente.