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Ancla 1
Importante personaje
Los personajes de Un mundo de novela

Miquel Mascarell

Miquel Mascarell protagoniza una historia novelada, en la que muchos de sus pasajes son hechos y acontecimientos de la vida real verificables y el conjunto en sí constituye un desgarrador relato de la España pre y post guerra civil del siglo XX, narrado desde la vida y vivencias de un imaginario Inspector de policía fiel a la Institucionalidad y legalidad por encima de cualquier politiquería.
Si bien esta historia repartida en numerosas entregas contiene pasajes de fina ironía, sarcasmo y hasta humor, tal el estilo de su Autor, Jordi Sierra i Fabra, apenas mitigan la enorme carga emotiva y dramática que excede al Personaje, puesto que verdaderamente se ha escenificado y puesto en letras luego de muchos años, el dolor de millones de ciudadanos dispersos por todo el suelo español, sólo que Barcelona fue el ícono de la resistencia.
Los primeros tomos de Miquel Mascarell son intensos en la tragedia, mientras cae Barcelona, un único hijo caído en la batalla del Ebro, su esposa Miqueta fallece víctima del cáncer, él mismo es enviado a un campo de prisioneros y sentenciado a muerte, sin fecha, sentencia que finalmente es revocada pero mantenida pendiente sobre su cabeza por lo que le resta de vida. En retrospectiva, Miquel Mascarell fue excelente policía reconocido hasta por los delincuentes. Reconocido en su honradez, en su renuncia a la violencia innecesaria y sobre todo en su enorme capacidad deductiva e instintiva para aclarar los casos. Su fama habría de trascender incluso después de la guerra civil y sería la base de una especie de resurrección que le sobrevendría.
Entonces cambia el talante de la historia convirtiéndose en un canto a la vida, al amor, a la esperanza e incluso a la vida sexual a pesar de ser él un hombre de más de 60 años. Tres personajes de aquella época reaparecerán en la vida del ex Inspector: la infinitamente increíble e inabarcable Patro Quintana, el raterillo Agustino Ponce, alias Lenin, por su parecido al dirigente ruso, y David Fortuny, otro ex policía que había estado bajo el mando de Mascarell. Estos dos últimos personajes se entremezclan en su inédita vida formando un dispar grupillo y partícipes de extrañas, eficaces y hasta jocosas aventuras, aunque siempre de extrema peligrosidad en medio de un régimen que asesina tan solo por no ser un fascista declarado y confiable.
Los sucesivos "líos" en los que se verá envuelto, ya no "casos" porque ha dejado de ser policía, serán tremendos. En algunos participa por propia voluntad por ganarse algún dinero, y otros donde se ve extorsionado o compelido a participar en total desacuerdo. Tanto en uno como en otro caso, siempre lo realiza a riesgo de su vida ya que sabe que ante el menor traspié será devuelto al campo de prisioneros llamado «el valle de los caídos».
Leer a Miquel Mascarell impacta en diversos planos en la mente del lector:
Impacta su lectura por ser quizás, la más dramática y directa en señalar las barbaries cometidas por el franquismo ideológicamente y en la práctica en sintonía con el nazismo alemán al cual se hallaba adherido. Aun siendo novelado, constituye un poderoso documento fiel en lugares y fechas, de esos negros años para España.
Impacta su cátedra de valores, que no se desmerecen o trocan por hallarse en las peores situaciones en la que un humano puede hallarse.
Impacta por el trabajo policíaco realizado por Mascarell, obligado a realizarlo de incógnito y sin ninguna estructura de la cual valerse. Su imaginación, picardía, habilidad para improvisar, así como "arreglarse con lo que hay" de por sí constituyen un excelente entretenimiento además de ser un alegato acerca de que las circunstancias siempre ofrecen más posibilidades de las que cómodamente se aprecian a simple vista.
Impacta por su optimismo, esperanza, amor, todo ello envuelto en un apasionante erotismo que la vida le ha entregado, quizás un merecido premio, visto desde la óptica de quienes creen en la potencialidad del destino para signar y significar la vida.
En mi opinión, leer a Miquel Mascarell es mucho más que leer un policial, y creo que cada lector encontrará en su historia distintos aspectos a recordar, recalcar, releer e incluso identificarse.

Cabecera

SERIE
Cuatro días de enero, 2008
Siete días de julio, 2010
Cinco días de octubre, 2011
Dos días de mayo, 2013
Seis días de diciembre, 2014
Nueve días de abril, 2015
Tres días de agosto, 2016
Ocho días de marzo, 2017
Diez días de junio, 2018
Un día de septiembre y algunos de octubre, 2019
Algunos días de noviembre, 2020
Algunos días de enero, 2021

SINOPSIS

CUATRO DÍAS DE ENERO
Barcelona, 1939: cuatro días antes de la ocupación franquista, un inspector republicano deberá resolver su último caso.
En pleno caos previo a la inminente entrada de los nacionales en Barcelona, el inspector Mascarell afrontará el caso de la misteriosa desaparición de una joven. Aunque todo está perdido, el inspector pretende llegar hasta el fondo del asunto, pero se topará con las altas esferas de la ciudad, que están preparando la llegada de los vencedores. Un intenso retrato de una Barcelona hambrienta, triste y aterrorizada, y una hermosa historia de amor en medio de la desolación.Barcelona, 1939: cuatro días antes de la ocupación franquista, un inspector republicano deberá resolver su último caso.
En pleno caos previo a la inminente entrada de los nacionales en Barcelona, el inspector Mascarell afrontará el caso de la misteriosa desaparición de una joven. Aunque todo está perdido, el inspector pretende llegar hasta el fondo del asunto, pero se topará con las altas esferas de la ciudad, que están preparando la llegada de los vencedores. Un intenso retrato de una Barcelona hambrienta, triste y aterrorizada, y una hermosa historia de amor en medio de la desolación.

SIETE DÍAS DE JULIO
1947. Miquel Mascarell, el último policía de la Barcelona republicana, sale en libertad después de ser indultado de la pena a muerte y de haber pasado los últimos años de su vida en el Valle de los Caídos.
De vuelta a casa, a una ciudad casi irreconocible en la que ya no tiene nada ni le queda nadie, recibe un misterioso sobre con una fotografía, dinero y una dirección. Su instinto de policía no puede ignorarlo. A lo largo de una semana descubrirá los nuevos caminos que la dictadura está entretejiendo en Barcelona y en España: el estraperlo y sus grandes riquezas floreciendo entre los vencedores; el hambre y la miseria sepultando todavía a los vencidos.
Con una fiel y detallada recreación del ambiente de la ciudad y la época, Siete días de julio es una novela que nos habla de la condición humana llevada al límite, y también de su resistencia y su eterna esperanza.

CINCO DÍAS DE OCTUBRE
1948. Un año después de abandonar el Valle de los Caídos tras su indulto, Miquel Mascarell, el último policía de la Barcelona republicana, ha rehecho su vida al lado de Patro, la joven a quien ya ha salvado dos veces. La visita de un hombre temible y su extraño encargo, buscar la tumba de su sobrino muerto el 18 de julio del 36, volverá a poner al viejo inspector en el disparadero, enfrentado a sus fantasmas, su supervivencia y moviéndose por una ciudad extraña que vive la posguerra en busca de un nuevo futuro. En esos mismos días, en Madrid, un consejo de guerra juzga al grupo de los 80, los maquis que siguen la lucha contra la dictadura.
¿Qué secreto esconde el cadáver de aquel joven cuya tumba busca Mascarell, en un cara y cruz con la vida y la muerte, doce años después y sin testigos vivos de aquel incidente?
Ambientada con exactitud y precisión en la España de su tiempo, Cinco días de octubre es una novela que nos hace retroceder al pasado para comprender, quizá, nuestro presente y la forma en qué sobrevivimos.

DOS DÍAS DE MAYO
30 y 31 de mayo de 1949. Francisco Franco, Caudillo de España, visita Barcelona en un clima callejero de euforia y rendición a la dictadura.
Pero no todos piensan lo mismo y en dos días, silenciado por la prensa, estallará una decena de bombas en la ciudad. Miquel Mascarell, el último policía republicano, con su nueva vida ya asentada al lado de Patro, va a tropezarse de bruces con un complot para asesinar al dictador. Buscando al asesino de un antiguo amigo y compañero en la policía, por petición de su hija, pronto descubrirá que puede cambiar la historia. Si lo encuentra quizá no se produzca un atentado. Si calla, el país puede enfrentarse a una nueva guerra civil o a un giro de 180º grados con la muerte del Generalísimo. La clave: dos días de búsqueda bajo el peso de la responsabilidad, apenas unas horas en las que Mascarell se moverá sobre el filo de una navaja. ¿Será el destino o su propia decisión lo que marcará la resolución de todo?
Con la rigurosa precisión histórica y las minuciosas tramas policiales de Cuatro días de enero, Siete días de julio y Cinco días de octubre, Dos días de mayo enfrenta al veterano Miquel Mascarell con todos sus fantasmas, y más sabiendo que está en su mano detener o acelerar el curso de la historia.

SEIS DÍAS DE DICIEMBRE
Barcelona 1949. Un maletín robado y un conocido del pasado colocan al ex inspector Mascarell frente la investigación de obras de arte expoliadas por los nazis.
Diciembre de 1949. Lenin, el chorizo con el que Miquel Mascarell se reencontró en mayo de ese mismo año en la cárcel, le pide ayuda para salir de un lío: ha robado una cartera a un presunto turista inglés que ha sido asesinado por ella. Ahora le persiguen a él. ¿Qué contiene la cartera? Ni más ni menos que uno de los catálogos de cuadros robados por los nazis antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El asesinado pertenecía a los Monument Men, la organización que tras la guerra se dedicaba a buscar y recuperar las obras de arte expoliadas por los nazis, y le seguía los pasos a uno de ellos, oculto en Barcelona y en posesión de un preciado botín por el que vale la pena matar.
Con la familia de Lenin instalada en su casa y alterando su paz, con el aliento del comisario Amador en su nuca y con el misterio de una enrevesada trama que bucea en las telarañas de la derrotada ciudad, llena de personajes ocultos y nuevos asesinatos que lo complican todo, Miquel volverá a enfrentarse sin más armas que su inquebrantable voluntad a los fantasmas del pasado, tratando, como siempre, de ser fiel a sus principos y de mantener su ética.

NUEVE DÍAS DE ABRIL
Abril de 1950. La policía detiene a Miquel Mascarell. Su nombre aparece en la agenda del hijo de un periodista amigo suyo fusilado por el Régimen. El joven es acusado del asesinato de un diplomático español. Miquel se ve obligado a investigar lo sucedido para demostrar su propia inocencia y, también, para ayudar al muchacho. El diplomático acaba de ser expulsado de Estados Unidos ¿Por qué motivo?
En los días en que España intenta por todos los medios ser reconocida a nivel internacional, acercándose principalmente a Estados Unidos, y cuando en el horizonte se vislumbra ya la «venta» de las bases de Morón, Zaragoza, Torrejón de Ardoz o Rota, Miquel descubre que la embajada española en Washington es un coladero para la inteligencia norteamericana. Demasiado para que el servicio secreto ruso se mantenga inalterable: bases americanas en España pueden desequilibrar el mapa europeo.
Con su habitual rigor documental, mostrando los claroscuros de la España de la segunda mitad del siglo XX, Nueve días de abril sigue la estela de sus cinco antecesoras: Cuatro días de enero, Siete días de julio, Cinco días de octubre, Dos días de mayo y Seis días de diciembre.

TRES DÍAS DE AGOSTO
Agosto de 1950. Miquel y Patro se disponen a pasar un día de playa. Sin embargo, todo se torcerá cuando ella desaparezca y él reciba una nota muy explícita: si no resuelve en tres días un caso que dejó inconcluso en 1938, Patro morirá. Desde ese instante, a contrarreloj, en una Barcelona batida por la canícula estival, Miquel deberá enfrentarse a los fantasmas del pasado una vez más. El caso que no concluyó, debido a una intempestiva enfermedad, y que resolvió otro inspector demasiado rápido causando la muerte de un inocente, se remonta a los crueles bombardeos de marzo de 1938 sobre la ciudad. Bombardeos que, después de los de Guernica, fueron los más sanguinarios y salvajes de la guerra. La bomba que hizo saltar por los aires la esquina de la Gran Vía con la calle de Balmes es el detonante de la novela. Allí apareció el cadáver de un soldado que no murió por la explosión, sino asesinado. ¿Por quién? ¿Por qué?
En tres días, Miquel Mascarell ha de resolver un misterio sin desvelar desde hace doce años. Y además, en plena investigación, descubrirá algo que va a cambiarle la vida. Algo que atañe a Patro. Algo que hará que sude por algo más que por el calor.

OCHO DÍAS DE MARZO
Años cincuenta. El inspector Mascarell y su esposa, Patro, están a punto de ser padres en una Barcelona que sufre un período de agitación social debido al aumento del precio del tranvía.
Un día, Pere Humet, un antiguo subordinado de Mascarell, le cuenta que Piñol, Arnella y Matarrodona, tres policías que también estuvieron a sus órdenes, fueron juntos al exilio, al campo de refugiados de Argelès, y luego trabajaron en el refuerzo de la Línea Maginot, hasta que los alemanes los enviaron a Mauthausen. Sobrevivían en aquel infierno, pero el capricho de un mando alemán desencadenó el horror: obligó a Piñol a que matara de un disparo en la cabeza a Arnella. Después, le obligó a que hiciera lo mismo con Humet; la pistola solo tenía una bala y Humet salvó la vida, sin embargo juró vengarse de Piñol, que a partir de ese momento comenzó a colaborar con los alemanes, y fue culpable de la muerte de otras personas.
Humet explica a Mascarell que ha vuelto porque sabe que Piñol está en Barcelona y quiere hacer justicia. También le confiesa que tiene un cáncer y que no le queda mucho tiempo de vida.
Miquel accede a ayudarle, y le invita a comer a su casa al día siguiente, pero no aparece, así que va a buscarlo y lo que encuentra es el cadáver de Humet y el de su prima, cosidos a puñaladas. El acusado es Nicolás, el exnovio de la prima, pero el instinto de policía de Miquel le dice que el chico no es culpable. Sabe que es Piñol y debe encontrarlo.

DIEZ DÍAS DE JUNIO
Junio de 1951, durante los días de la verbena de San Juan. Miquel Mascarell descubre por sorpresa que un viejo enemigo está vivo y libre. Es Laureano Andrada, el único hombre al que apuntó con una pistola y deseó matar antes de la guerra, un viejo pederasta irredento, desafiante, que con la dictadura ha salido de la cárcel y, más aún, sigue trabajando con niños. En los diez días siguientes, acusado de asesinato, perseguido por la policía, y salvado por David Fortuny, un antiguo agente ahora reconvertido en detective privado, Mascarell vivirá escondido, lejos de Patro y de su pequeña hija Raquel, disfrazado y colaborando con Fortuny para demostrar su inocencia. Un Fortuny excombatiente, falso héroe de guerra, seguidor del Régimen y, por lo tanto, en las antípodas de lo que piensa y cree él. Un auténtico choque de trenes en medio de la vorágine de los días más decisivos en la vida del exinspector.

UN DÍA DE SEPTIEMBRE Y ALGUNOS DE OCTUBRE
La décima entrega de la saga del entrañable e implacable inspector Miquel Mascarell.

En esta ocasión tiene que encargarse de los casos de su amigo el detective David Fortuny, después que este sufra un atentado que lo deja en coma. Un fresco nítido y revelador de la vida de la posguerra española, doce años después del final de la contienda. Un mundo que sigue siendo cruel para los vencidos, las mujeres, los marginados sociales que viven bajo el poder absoluto de la dictadura.


ALGUNOS DÍAS DE NOVIEMBRE
Con datos, cifras, testimonios y frases reales, como siempre producto de una exhaustiva investigación, Sierra y Fabra vuelve a elaborar un retrato social de la dictadura, con intriga, toques de humor y mucho amor.

Noviembre de 1951. Miquel Mascarell ha acabado aceptando la oferta de David Fortuny de trabajar con él en su agencia de detectives, aunque solo "en algunos casos" o si hay mucha actividad. Los dos siguen enfrentados ideológicamente, pero a la postre acaban siendo extraños amigos. Patro también le anima para que esté ocupado.

Una elegante mujer, esposa de un importante agente del mundo del espectáculo, los contrata. Su marido está recibiendo amenazas de muerte. Además, les paga generosamente. Por desgracia, todo se tuerce: se comete un asesinato. Mascarell y David Fortuny tendrán que introducirse en los entresijos de un mundillo tan apasionante como desconocido para ellos: el del cine, el teatro y las varietés, con actores y actrices que matarían por un papel o por mantenerse en la cima del éxito. Así descubrirán que mucha gente odiaba al agente amenazado. Pero, de entre toda la maraña de personajes, ¿quién miente?

ALGUNOS DÍAS DE ENERO
El duodécimo caso del ex inspector Mascarell nos lleva a la Barcelona de 1951 y en la Red Odessa. Mucho más que una novela negra.

Enero de 1952. Hace trece años que acabó la Guerra Civil y que Miquel Mascarell conoció a Patro, fue detenido y condenado a trabajos en el Valle de los Caídos. Los recuerdos se agolpan en la mente del exinspector. Pero consigue distraerse ayudando a David Fortuny en su agencia de detectives, donde los problemas no cesan. Una vez más, se verá obligado a intervenir en un caso de lo más singular: Miquel es testigo del asesinato de un hombre; sin embargo, no puede contar nada a la policía si no quiere verse involucrado. Aunque ya lo está: aparece otro cadáver y, en un abrir y cerrar de ojos, se deberá enfrentar a la trama internacional más compleja de su vida.

En una diabólica sucesión de acontecimientos, Miquel deberá encarar una de las decisiones más trascendentes de su dilatada carrera policial, la de hacer justicia por su cuenta contraviniendo sus principios o quedarse al margen, sabiendo que decenas de asesinos podrían seguir libres.

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